viernes, 2 de abril de 2010

Cicatrices que no se ven , heridas en el alma , que solo ve quien yo quiero. Quien quiero que tenga todo de mi. Mas vendrán pero las espero y no me esconderé para no recibirlas.

Con cada nueva herida soy mas yo, mas como soy. Por que cada nueva cicatriz que queda es la marca, el recuerdo de algo vivido. Una enseñanza o un escarmiento, que me ayudan a reafirmarme en mi forma de ser o a desear cambiar por algo o alguien.

Cuando me miro al espejo de mi interior las veo y traen a mi los recuerdos de como se produjeron.

A veces paso el dedo suavemente sobre ellas, como si de una cicatriz en la piel se tratase. Con los ojos cerrados, reviviendo el dolor del momento en que se produjo una u otra. Recordando porque se quedo ahí esa marca indeleble que siempre ira conmigo.

Son muchas..., o pocas según con quién me compare. Para mi son solo las mías, las que me han tocado en suerte y que nadie llevara por mi.

Cuando las miro, en esos días introspectivos y dedicados al balance, pienso mucho en las que yo he dejado en la piel de otras almas.

Seguramente muchas, ninguna debí dejar y las que deje fueron dobles por que me quedaron a mi también.

Al mirar, siento el dolor que provoqué y veo en mi la herida que causé en otro. Jamás quise, lo juro. Nunca quise dejar una herida en nadie, nunca desee causar dolor alguno. Pero lo hice, por uno u otro motivo lo hice, no es excusa que fuese sin querer. Causé daño y deje cicatrices.

¿Me habrán perdonado?, ¿les ocurrirá lo mismo que a mi y contemplaran ellos también sus heridas recordando?.

Seguramente si, seguramente recuerden el momento en que les causé el daño. Recuerden lo anterior a el, si fue bueno ó malo lo que obtuvieron de mi antes del dolor y la herida.

 Algunos han seguido caminando a mi lado después de hacerles sufrir. Yo camino junto a personas que me hicieron daño, consciente ó inconscientemente. Algunos han pedido perdón, otros no, pero les he perdonado. ¿Qué menos si mi esperanza es ser perdonado también alguna vez?. Da tanto descanso el perdonar. Deja descansar el alma,borra deseos de venganza y trae paz. La paz del que está tranquilo y no está continuamente rumiando en su cabeza planes para satisfacer una malsana sed. Dejando a la cabeza pensar en otras cosas. Cosas más gratificantes que el dolor. Por ejemplo en futuros planes junto a alguien, nuevos proyectos, aventuras..., tantas cosas que vamos dejando en un rincón de nuestra cabeza para pensar en ellas en otro momento por que ahora estamos ocupados en nuestro trabajo, nuestra insípida y desilusionante vida. Ocupados en defendernos de las heridasque nos quieren causar y las que a lo mejor queremos hacer. Pensando mas en el dolor propio y ajeno más que en ser y hacer felices.

Que buen propósito ¿verdad?, y ¿por que no nos empeñamos en el?.

Quizá necesitemos sentir dolor de vez en cuando para sentir que estamos vivos. Para apreciar mas lo bueno que se nos cruza en el camino.

¿Dejan cicatrices las caricias?..., quizá si..., no, las caricias, los besos, los te amo recibidos no dejan marca alguna, se quedan sobre la piel del alma durante un momento para ser absorbidos por esta y pasan a formar parte de ella. La enriquecen, la iluminan, le dan vida, son el mejor alimento que puede tener el alma y no dejan marca, se disuelven y quedan ahí por siempre. Dando energía con su recuerdo cuando estamos por venirnos abajo, por dejarnos caer de una vez y dejar de luchar.

Que pena debe dar un alma con sólo cicatrices y nada de besos y caricias en ella. ¿Habrá algún alma así?, uf, si existe será el alma más atormentada del universo. Pero no creo que exista, en algún momento habrá recibido besos y caricias, palabras de amor. Es posible que las haya olvidado ó las haya anegado en hiel y pus de las heridas, pero debe quedar algo de ellos aunque no quede el recuerdo.

A veces cuando voy paseando y me encuentro con un ..., ¡Ah!, hola, perdoname, estaba totalmente absorto en mis pensamientos y no me había dado cuenta de que había alguien leyéndolos al tiempo que salen de mi cabeza.

¿Qué tal estás?.

¿Tu has pensado alguna vez en las cicatrices del alma?.

¿Eres feliz?.

Ja ja, si ya lo sé pregunto mucho y es difícil que me llegue tu respuesta. Aunque las tres preguntas esperan una contestación y no es para mi. Es para ti. Respondete.

Tomate tu tiempo, no tengas ninguna prisa esto puede esperar.

Mientras yo me voy a hacer un café y a lo mejor si tengo suerte y no hay vigilancia me puedo fumar un cigarrillo.

Ya he vuelto.

Me he traido el café y el cigarrillo no lo he encendido, debo dejarlo definitivamente. Parece increíble lo dura y resistente que puede ser una jaula de humo.

Decía que a veces, paseando me encuentro con un árbol que me llama la atención. Veo marcas en su tronco ó alguna rama partida y no puedo evitar acercarme a el y tocarlo. Incluso, si no hay nadie a la vista abrazarlo y estar un rato así, abrazado ó sólo con mi mano tocando su tronco.

Cuando hago esto, siento cómo si el árbol emitiese energia. Cómo si me hablase y quisiera comunicarme algo. Es una lástima que no comprendamos el lenguaje de los árboles, de los pajaros y las plantas. Creo que es un buen campo de investigación.

Se que sienten, pero no imagino como, ¿tendrán algún modo de consciencia de su existencia?. Personalmente, creo que si. Si no ¿de donde viene esa energía que percibimos de ellos?, ¿de donde ese afán por sobrevivir en las mas duras condiciones?.

Siempre quietos en el mismo sitio, dependientes del clima para vivir.

Fijos en un punto viendo pasar vida ante ellos, estaciones, días, noches, tempestades y animales de todo tipo, incluso humanos.

Sufrirán, seguro que tienen un alma. Ups, aquí seguro que ya me he ganado la excomunión, jajaja.

Si, definitivamente creo que tienen un alma y sentimientos. Hasta cicatrices en sus almas producidas por las inclemencias del tiempo, los animales y el hombre.

Yo tengo un amigo árbol.

Si, tiene 20 años pero parece mayor.

Se que sufrió antes de conocernos. Debe ser muy duro para un arbol que coarten y conduzcan a capricho su crecimiento. El es un bonsai. Pero cuando se cruzaron nuestros caminos era muy feliz. Se le notaba en el color de sus hojas, en la frondosidad y en su gran belleza. Entonces era muy feliz, transmitía alegría al verlo y gratas sensaciones al tocarlo.

Y le hice daño. Sin intención e inconscientemente, pero cometí un error que le hizo sufrir. Ahora se esta recuperando, muy poco a poco pero es fuerte y tiene ganas de sobrevivir. Todos los días lo acaricio y le doy ánimos y el me va regalando su presencia y pequeños brotecitos verdes de vida. Es un luchador y se merece una buena vida.

Se que el también tiene cicatrices en su alma, quizá sienta algo parecido a lo que yo mismo al respecto. Y se que es capaz de perdonar el dolor padecido. Si no fuese así, supongo que no lucharía tanto ni nos regalaría esos brotes y esa energía que transmite.


A veces, con un café delante, cuando estamos los dos solos le hablo y le cuento cosas mías, es un oyente magnifico y siento alivio después de hablar con el. Incluso alguna vez me sorprendo esperando una palabra suya. Que maravilloso seria oirle alguna vez sus pensamientos, sus ideas y preocupaciones. Seguro que tiene mucho que contar. Pienso que nos podrían enseñar muchas cosas, deben tener un concepto desconocido para nosotros del mundo. Ellos, salvo los que son trasplantados o vendidos en una floristería, jamás se mueven de un punto en el universo. Nacen, crecen, viven largos años la mayoría y mueren en ese mismo punto, inmóviles a todo lo que se mueve a su alrededor, impasibles a las prisas de la civilización. Han visto nacer vida en sus ramas, dan alojamiento a multitud de animales, han visto guerras y destrucción, pero también amantes que han buscado cobijo en su sombra. Cuantas cosas habrán oído y visto pasar.

Y a sabiendas de que van a venir mas cicatrices a dejar nuevas huellas, siguen adelante, siguen luchando.

Nosotros también seguimos. Después de cada nueva herida nos hacemos nuestras curas para que cicatrice y volvemos al juego de vivir. Sin miedo a las que vendrán. Si no lo hiciésemos así, que amarga seria nuestra vida siempre evitando pasos que nos pudiesen causar un daño perderíamos la ocasión de dar los que nos llevan a nuestra felicidad.

Bien, creo que lo podía dejar aquí, como un pensamiento mío puesto sobre el papel. Pero no será así, deseo que sea el primer paso, la introducción a lo primero que tengo el valor de escribir para que lo lean mas personas.

Me gusta escribir, pero no tengo formación de escritor ni será algo con lo que me gane la vida pero siempre me gustó emborronar páginas con ideas y palabras, comencé mil historias pero ninguna llego a ver la palabra FIN escrita en la ultima hoja.

He escrito miles de hojas, de notas, de pos it. He escrito en servilletas de bar y algunas cartas de amor pero cada uno de mis escritos terminó en el fuego, menos las cartas de amor, esas fueron entregadas.

Fue algo terapéutico, una forma de sacar algo de dentro que necesitaba hablar con alguien y no sabia con quien o no quería compartir con nadie. Pero al escribirlo era como hablarlo con el mas intimo de los amigos, sacarlo fuera y sentir apoyo de alguien, aunque fuese yo mismo.

Claro, me comprendía a la perfección y me daba apoyo. Pero sobre todo me sentía bien. Así que lo mejor era dar lo escrito al fuego. Una forma de que se pareciese a esas conversaciones muy personales que
tenemos con nuestro mejor amigo, que una vez terminan jamás vuelven a aparecer.

¿Comenzamos?, os prometo intentar rellenar este pequeño espacio poco a poco, serán ideas, pensamientos y sobre todo imágenes, al fin y al cabo soy más visual que otra cosa.

Venga vamos a ello, espero que os guste y disculpad los errores que hay.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu reflexión. Me lo he leido todito y estoy de acuerdo en casi todo. Pero yo, a diferencia de tu arbolito, me veo sin ganas de seguir luchando y arriesgandome a sufrir más cicatrices.
    Se que al seguir nuestro camino encontraremos cosas buenas y cosas malas, pero, amigo, dejan más cicatriz las heridas que las caricias.
    Mejor dejar de jugar antes de que el juego acabe con uno.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tu comentario amigo Iferon.
    Muchas veces he sentido ese deseo de abandonar la lucha, encerrar el alma entre paredes de acero y no correr más el riesgo de nuevas heridas. Pero si no arriesgamos la piel en el combate y nos exponemos tampoco llegarian las cosas buenas, las caricias, las risas, los te amo... Yo he llegado al convencimiento de que buscar una caricia que nos llegue al alma, un te amo que nos traspase, un abrazo intenso, merecen el riesgo de sufrir alguna herida más. Al fin y al cabo hemos venido a jugar y este juego no termina, es una larga partida que aunque a veces puede parecer perdida tiene una nueva jugada que nos permite recuperar las posiciones y seguir adelante. Mira bien tu tablero Iferon tu jugada maestra está ahí sólo tienes que verla.
    Un saludo

    ResponderEliminar